jueves, 14 de junio de 2012

15 años, el tótem de los músicos, la bella y la bestia.

Perdóneme padre, porque he pecado. El problema es que siempre me han gustado los músicos, No sé muy bien por qué, Debe ser por este nombre que porto. Cecilia. A mí ellos me tocan, me piden, Y me rezan. Si padre, me rezan. Pero ninguno me ama. Esta fiera costumbre de endulzar el oído de las bestias. ¿Sabe alguien que los santos, Más aún las santas somos crueles? No, evidentemente nadie se enterado aún. Pero esta vez padre, esta vez se me fue la mano. Las sabanas saben… ...Claro que saben. Derretimos escenarios y los empapelados de los hoteles, Lugares donde la gente no reza más que al propio deseo, Y pide más, siempre más. Que Dios me castigue, con látigos y mordazas, Porque no puedo renunciar al pecado, Y cedo... siempre cedo.

4 comentarios:

  1. Llegué aquí por Tánatos y una indecible cadena de azares (como siempre), y lo agradezco, porque me enredé en tus líneas como un niño y fui cayendo uno tras otro a lo largo de tus relatos. Sos un gran alquimista.

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    1. Un poco tarde para contestar no?.... Gracias por esa cadena de azares que te trajo hasta aquí y que me devolvió a este lugar hoy....para poder leerte....

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  2. Voy a beber estas palabras... y me emborracharé con tus letras... me gusta tu estilo.

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    1. Mi querido....cuanto cariño me tiene ud.... y yo.... me lo merezco?.... un abrazo grande

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